
Por Graciela Vázquez Moure
Fue un 16 de enero de 1994. Una tarde calurosa de verano. Una noticia que rápidamente se extendió al pueblo. Una niña de 12 años no había vuelto a su casa.
Las versiones rodaban en las calles, en las casas, en las mentes. Así fue que la desaparición de Nati es un ícono en la ciudad. Falta una habitante de este rincón cordillerano.
La búsqueda fue infructuosa. La tardanza para aceptar la denuncia de sus padres fue quizás, una de las causas de ese fracaso.
En estos tiempos eso cambió El Alerta Sofía, está en todo el país, y es rápidamente que comienza a buscarse a quien desapareció. Sofía Herrera, esa niña de cuatro años de Río Grande, tampoco fue encontrada, como tantos otros niños y niñas.
Lo cierto es que hace algunos meses, finalmente Obras Públicas del Municipio, instaló el cartel en la rotonda sobre la ruta 40, en la entrada de El Arenal y frente a él, Kumelkayén.
En el cartel se instaura el nombre de la rotonda, y la frase “Rotonda María Natalia Ciccioli Es parte de nuestra historia y es justo no negarlo”. Dos mutisias, la flor emblema de nuestra ciudad, rodean su nombre.
Y así su nombre, su presencia cobra más fuerza, genera quizás interrogantes para quienes lo leen y no conocen lo sucedido. Trae a la mente de todos ese recuerdo eterno y provoca una vez más, la pregunta: ¿qué pasó con esa niña de 12 años?.
Su padre Miguel, falleció hace tiempo, se llevó con él la tristeza. Su madre Mirta, como siempre sigue esperando alguna respuesta, que nunca llegó.
La gente de la ciudad en cada paso por esa rotonda, lee su nombre, y el cartel surgido de un pedido de un sector de la comunidad y aprobado por el legislativo local, hace meses, concreta un anhelo, recordarla y seguir sintiendo su presencia, en el aire, en el cielo sanmartinense, en las montañas, en sus calles, en definitiva, en el corazón.