
En el marco de una reunión binacional organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, autoridades del país vecino presentaron a sus pares argentinos los avances y principales hitos del proyecto de reposición y modernización del Complejo Fronterizo Cardenal Antonio Samoré.
Se espera que, una vez licitada y adjudicada la obra, la construcción comience en los próximos meses, en un proyecto que marca un nuevo capítulo en la cooperación fronteriza chileno-argentina.
El plan, que cuenta con la aprobación para ser licitado antes de que finalice el año 2025, contempla una inversión superior a los 95 mil millones de pesos chilenos —equivalentes a unos 98 millones de dólares— financiados por el gobierno de Chile.
El diseño contempla un complejo fronterizo integrado de doble cabecera. Esto significa que el control de ingreso a Chile se realizará en cuatro flujos diferenciados —camiones, micros, vehículos particulares y carga peligrosa—, mientras que los controles de salida hacia Argentina se efectuarán en territorio argentino.
Para mejorar la operatividad y reducir los tiempos de espera, se proyecta ordenar los flujos vehiculares mediante vías segregadas y la construcción de nuevos caminos y un puente adicional sobre el río Pajaritos, que complementará al actual.
Las nuevas instalaciones abarcarán más de 20 mil metros cuadrados de obras viales y casi nueve mil metros cuadrados de edificaciones públicas, distribuidos en siete recintos. Incluirán: Oficinas para la administración del complejo, dependencias para todos los servicios contralores chilenos (SAG, PDI y Aduanas) y sus contrapartes migratorias argentinas, espacios para la habitabilidad y alojamiento de los funcionarios.
La infraestructura tendrá capacidad para 89 funcionarios permanentes, de los cuales 73 serán chilenos y el resto argentinos.